EL FUNERAL

⠀⠀⠀⠀⠀—❝POR TODOS LOS MALDITOS INFIERNOS!!❞

La voz del demonio se desgarró, gritó con tanta fuerza como nunca en siglos, a su alrededor todo fue cubierto en llamas que pronto dejaron todo hecho cenizas, por suerte se encontraba en uno de sus laboratorios aislado en las montañas, frente a él un tembloroso demonio menor se encontraba.

⠀⠀⠀⠀⠀"Mi-mi-mi señor, calme su ira por favor, lamento mucho su pérdida, sin embar-"

⠀⠀⠀⠀⠀—❝CÁLLATE POR UN MINUTO.❞

Sentenció firme al enviado de los infiernos, si no se había vuelto ceniza es por la pizca de raciocinio que guardaba el demonio.

⠀⠀⠀⠀⠀—❝MALDITO VIEJO, SOLO TENÍA UN TRABAJO EN ESTE MUNDO, ¡UN PUTO TRABAJO Y NI SIQUIERA ESO PUEDE HACER BIEN? ¿NO SIRVE COMO PADRE Y NI COMO ESPOSO PUEDE CUMPLIR SU TRABAJO?❞

Cada palabra suya hacía temblar el lugar, las grietas que habían marcado su cuerpo anteriormente se profundizaban.

⠀⠀⠀⠀⠀—❝MALDITO VIEJO INÚTIL... mald... mierd... no... ella.❞

Poco a poco su voz se iba rompiendo, para un ser eterno e inmortal, ¿qué podía ser más cruel que arrancar algo a lo que siempre se había aferrado? Incluso para los demonios era irracional vivir por tanto tiempo, él lo había hecho posible porque no quería despegarse de ello, había roto las líneas del destino y jugado con las leyes naturales... ni siquiera sus esposas o hijos habían recibido tal trato... y aún así lo perdió.

Las lágrimas caían poco a poco, frías en comparación con el ardiente calor que emanaba de su cuerpo.

Mirada gélida envió al demonio mensajero.

⠀⠀⠀⠀⠀—❝C-como pasó... se supone que ella... no debería.❞

Ella no debería poder morir, no por causas naturales al menos.

⠀⠀⠀⠀⠀"M-Mi señor, su... su señora madre luchó valientemente contra las criaturas del abismo, por desgracia ella... cayó en batalla, su padre desea que vaya a los ritos fúnebres".

⠀⠀⠀⠀⠀—❝Ha ha, qué gracioso rito fúnebre... me pregunto siquiera si tiene sentido, ese maldito viejo sabe el destino de quien muere en las fauces de esas malditas criaturas Y AUN ASÍ PERMITIÓ QUE ELLA LUCHARA.❞

El cuerpo del demonio mensajero tembló, ¿cuándo fue la última vez que alguien presenció a un Asmodeo iracundo? Todos en el segundo círculo le conocían por libertino y despreocupado, pero nadie subestimaba al demonio que se sobrepuso a hordas en una terrible guerra y unificó todo el lugar él mismo.

Poco a poco el avatar de la lujuria se iba resquebrajando, la vil aura dorada que lo envolvía se liberaba.

⠀⠀⠀⠀⠀—❝Maldita sea, maldita sea, maldita sea, maldita sea, maldita sea, maldito viejo, maldita sea, estúpida madre, maldito viejo, maldita sea, mierda, maldición.❞

Golpeó el suelo con fuerza, lágrimas rojizas caían de sus orbes, la luna sobre el cielo se tiñó de carmesí respondiendo a los sollozos del demonio.

No habló con nadie, no buscó consuelo con nadie, no buscó el apoyo de nadie, la noche cayó y el día se alzó, el ciclo se repitió 13 veces en aquel grandioso edificio, el cual nadie habitaba, solo un ataúd vacío frente al cual el demonio se quedó inerte mirando.

El sonido metálico que golpeando la cerámica se dejó escuchar, acompañado de arrítmicos pasos lentos, la única persona que se atrevería a irrumpir con descaro en el lugar.

⠀⠀⠀⠀⠀"Hasta cuándo mostrarás una imagen tan deplorable? Tu madre sería la primera en darte una bofetada y decirte que espabilies, mocoso".

La única persona que podría hablar tan autoritariamente al gobernante del infierno, piel morena y blancos cabellos, ojos rubíes y un físico construido, el demonio más longevo del segundo círculo y el padre de Asmodeo, Avehth.

⠀⠀⠀⠀⠀—❝Cállate, maldito viejo.❞

Replicó el dolido demonio, ni siquiera volteó la mirada a su progenitor, el silencio reinó nuevamente en el lugar, hasta que el sonido del bastón contra la cerámica irrumpió nuevamente junto a los arrítmicos pasos.

⠀⠀⠀⠀⠀"Hasta cuándo vas a quedarte así? No pareces el gobernante del infierno, te ves patético, Asmodaios".

El hombre tomó asiento a su lado, de corazón frío y firme, siempre exigente y codicioso cual demonio era, su relación con su hijo nunca fue la mejor, pese a sus palabras, allí con la misma mirada perdida se detuvo a observar la urna vacía.

⠀⠀⠀⠀⠀"Le dije que no fuera".

Fue repentino, de improviso bestias abisales aparecieron en distintos lados del segundo círculo, normalmente su llegada era anunciada con fenómenos naturales y tenían tiempo a prepararse, algo así no había ocurrido jamás.

⠀⠀⠀⠀⠀"Esa mujer siempre fue más testaruda que nadie..."

Aun cuando su hijo les había otorgado la eternidad, algo que todos los demonios ansiaban, ella fue y la desperdició por el bien de las masas, qué estúpida mujer, el que fuese tan blanda también torció la personalidad de su hijo, quien nunca se comportó como un demonio apropiado.

⠀⠀⠀⠀⠀"Por qué tuve que caer por una mujer así..."

El agarre del hombre se hizo más fuerte contra su bastón, la fuerza que ejercitó hizo que el piso se llenara de grietas.

⠀⠀⠀⠀⠀"Esa maldita plaga...la voy a exterminar"

Las bestias abisales nunca habían sido algo por lo que se preocupara, al final su hijo siempre era el encargado de lidiar con ellas, pero ahora era personal, venganza, venganza, ansiaba venganza.

⠀⠀⠀⠀⠀—❝Ni lo intentes, maldito viejo ¿quieres terminar muriendo tú también?❞

Finalmente Asmodeo rompió su silencio, repudiaba a su padre? Seguramente, pero no deseaba tener que preparar un ataúd vacío junto al de su madre.

⠀⠀⠀⠀⠀—❝Es mi trabajo...❞

El fuego en su mirada se agitó, ¿venganza? Claro que él la ansiaba también y la tomaría sin dudar.

Incluso en el infierno lloran a sus muertos, al menos en el infierno que Asmodeo había "Creado". Hacía tanto tiempo que creía haberse vuelto insensible al fallecimiento de sus seres queridos, lo había aceptado como parte del eterno ciclo, el sin fin de las almas, uno del cual había sido exiliado. "No morirás", "no has de morir", "no puedes morir", "debes existir", en su ser estaba plasmado de manera conceptual, él, la lujuria, nunca podría perecer.

De sus ahora 20 cónyuges, había enterrado a 12, por dicha de sus 66 hijos aún no había perdido a ninguno... bueno, técnicamente a uno. Aun así, estaba mentalizado para el día que alguno de su progenie marchara.

Mirando un ataúd vacío al cual demonios de alcurnia presentaban respetos, su corazón se había vuelto una vorágine de sentimientos, allí no reposaba el cuerpo de su madre, su alma había sido tragada por el abismo, era solo una decoración con su imagen estampada en él, sin embargo.

Se levantó de su asiento, la sala quedó en absoluto silencio, lentos pasos que resonaron en todo el lugar, una palabra, era el gobernante del infierno, el pilar que mantenía el segundo círculo, sin embargo, a los ojos de todos los demonios presentes, varios de sus hijos e incluso nietos incluidos, allí estaba un mero "hombre" que había perdido a su madre.

Mordió su labio con impotencia, no quería mostrar una patética fachada frente a su reino, él, quien era el más alto de los demonios, él, quien enfrentaba a deidades sin dudar, él, quien era un mero hombre a quien sus piernas le temblaban en ese instante, él, quien se recostó sobre la urna vacía, sollozando.

. . .

Los ritos fueron llevados a cabo, se construyó un gigantesco mausoleo solo en su honor, a su madre siempre le gustaron las cosas llamativas, no había pues edificio más grande en el segundo círculo y no lo habría en el futuro para nadie.